domingo, 24 de julio de 2011

LA ERA DE LOS PERGAMINOS

Esto es un decir de lo que para los comunes científicos indescifrables llaman Época Medieval. Pero a mi entender, cuando nos metemos en los ámbitos mágicos, no hay tiempo ni espacio, es como estar afuera en algún lugar sideral mas allá de la estratosfera donde no se sabe que es arriba o abajo, si estas acá o allá. Lo increíble, ese cosmos de mi preferente experiencia personal que a mis más tributados amigos hago participe cuando viajamos al interior del Perú.
Pero lo que me viene a colación ahora al redactar estas cortas líneas para no cansar, es que hoy veo en el Google la iconografía de Machu Picchu, celebrándolo, y me trae a colación aquellos parajes donde nos preguntamos cuál es el más mágico de todos los que conocemos en este país de sorpresas.
Machu Picchu dice en el Wikipedia que lo construyo Pachacútec, lo cual me parece una increíble afirmación, pues se que su ejército encontró ya a este santuario totalmente construido y sus arquitectos son más antiguos que Caral, así como muchas edificaciones de piedra de este país. Y todas enigmáticas y por partes inconclusas aparentemente.
Cursaba el  tercero de primaria y cayó en mis manos ese maravilloso libro de Jacques Bergier, “El Retorno de los Brujos”, que lo perdí al prestarlo, pero bueno, este autor, ingeniero químico, alquimista, espía, periodista y escritor francés de origen ruso, me tenia atrapado en sus letras llenas de profundo conflicto entre la ciencia, la religión y lo oculto (o sea lo esotérico, ámbito que hasta hoy desarrollo por naturaleza superior). Pero resulta que en una de sus obras más connotadas “Les livres maudits” (“Libros Malditos”), propone una interesante y casi horripilante hipótesis: que el autor del “Manuscrito Voynich” poseía conocimientos extraordinariamente avanzados y demasiado peligrosos para el mundo moderno, por ejemplo el secreto de las estrellas novas, por lo cual ocultó para evitar nuestra propia autodestrucción. Creo se refería a la energía atómica, algo imposible si fue escrito hace 500 años antes de Einstein que aun ni era esperma ni su abuelo. (Einstein nació en Alemania en 1879).

Indague sobre el manuscrito para relacionarlo sobre nuestra cultura imperial andina, sobre ese Santo Grial que también poseemos de las colosales construcciones, de esas enigmáticas líneas de Nazca, las gigantescas esculturas petreas de Marcahuasi, el bosque de piedras de Huayllay, y las colosales de Tiahuanaco que son más antiguas que Machu Picchu, en fin…pero en todas hay una coincidencia no expresada por la ciencia, sobre esos "Portales" que te trasladan de un lugar a otro, sea en mismo tiempo presente o al pasado. De eso, se habla en los manuscritos Voynich, de lo improbable y lo intraducible.
Solo se puede afirmar para los que hemos frisado ese borde de lo mágico y oculto, una vez que lo cruzas, ya nada es igual y se debe callar. Ese borde tan fino y delgado que tela de cebolla, translucido como ese espejismo en la carretera y poderosamente adhiriente como la telaraña. Solo tu fuerza de voluntad te defiende y tu conciencia te soporta.
Nosotros tal vez también tenemos nuestro santo grial en los Kipus o en el Intihuatana, no somos tan investigados en este ámbito, solo nos han encasillado en lo incaico, pero no hay profundidad como cuando se habla de las sociedades secretas de la Gran Pirámide, de las hermandades ocultas de los esenios (de donde es Jesús), las elevadas cofradías santas de los rosacruces o de los Mayas y su origen extraterrestre.
Pero, de que tenemos esos Portales del Tiempo-Espacio…los tenemos!, solo hay que superar la adrenalina para irte y regresar sin traumatismos e hiperpolaciones temporales, como los hermanos Ayar y Stonehenge (curiosamente tienen el mismo circulo concentrico de nuestro Caral).

No hay comentarios.: