miércoles, 9 de junio de 2010

LOS TIGRES en el Mundial 2010- Parte X

En Santa Marina si de algo nos podemos jactar es que siempre hemos sido líderes en diversos ámbitos y siempre con espíritu de la mejor calidad. En nuestras calles se reunían no solo los que la habitábamos, también la recorrían muchos, pero muchos personajes de otros barrios que deseaban vivir acá. La vida aquí era activa en cultura, arte, deporte, música y creo que esto ya lo dije en anterior apunte.

Ahora, hablemos de futbol a puertas del mundial de Sudáfrica 2010, deporte en el cual me bautizo con el apelativo de “Ballesteros” el Chato Eddy Torres, una tarde que por vez primera me pusieron de arquero a la “prepo”, contra mi voluntad, acepte no me quedaba otra, sino, me quedaba sin jugar los clásicos encuentros domingueros en la pista en forma de corchea invertida entre los blocks “E”; “F”, “M” y “N”. La chapa futbolera nació esa tarde que por reacción refleja me tape un sorpresivo cañonazo de Calero Tapia, a quien toda la vida lo admire como el mejor dominador de fulbito del barrio. Todos lo decían, claro que había varios buenos, era un barrio de muchos dominadores cada uno con su estilo muy personal, unos lentos, otros rápidos, pero Calero destacaba por su rapidez y picardía, era el mejor en esos tiempos. Y de otros barrios nos caían los retos, pero como Yo era el menor del barrio, me ponían de suplente dándole preferencia a los de la collera, y siempre me dejaban entrar a jugar después que teníamos el partido asegurado. Para jugar Yo era muy parsimonioso y pensaba mucho. Todos eran para la época veloces ardillas de eucaliptos.

En otros deportes teníamos al insuperable Mingo La Torre, con quien desarrollábamos las artes marciales de azotea, Tito Cotos y Yo. Mingo La Torre era Karateca, Tito Cotos era aplicado en Judo y en el colegio Dos de Mayo aprendí Kung Fu de mi amigo Akiito (que su padre nos enseñó). Todos aprendimos dentro de la férrea disciplina de aplicarla solo para defensa. Y los tres hemos cumplido esos votos casi sagrados. Uno a otro nos enseñábamos las diversas técnicas, pero al final los tres finalizábamos nuestras prácticas con un poco de Kata y cerrábamos la tarde con Yoga en azotea.

Del beisbol ya hable, así que para retomar el tema que me inspira hoy que es el futbol, es la grandiosa campaña que desarrollamos entre el Capitán Mario Suarez, Augusto Palacios y quien les redacta esta nota con los afamados: TIGRES de Santa Marina Norte. Chapa que les puso el mismo Augusto y esa fue la técnica que desarrollaron los elegantes muchachos que al principio la multitud pensó era por los colores que tenían nuestros uniformes deportivos.

Dorado equipo de futbol de nuestro amado barrio de Santa Marina que llevamos a puertas de la Copa Perú y que se convirtió en la ambición e inspiración de muchos. Sueño con volverlo a la vida algún día. Y esta leyenda la tendré que armar con los protagonistas que integraron esa legendaria directiva y terna de técnicos para no dejar parte de los recuerdos en el olvido. Así que esta es solo una primera parte.

Corrían los años ochenta y una tarde de julio me busco “Pipi”- Armando Delgado Negrillo- intranquilo, cabezón, basquetbolista, venia con la inquietud de que los tíos del block “I” habían logrado recuperar la categoría del club del barrio entregado al olvido por mucho tiempo, gracias a las familias Román Thompson y Suarez en pleno se daba el primer paso de lograr la documentación tan importante en la liga departamental de futbol del Callao, estábamos en carrera deportiva después de, creo, mas de veinte años.

Tenemos que armar el equipo, me dijo “Pipi”- Bueno, ni modo, y ¿Quién nos los va a entrenar y a quienes?... ¿Tenemos gente que integre el club?... estas y otras preguntas nos salieron al encuentro, como la del factor “fondos”.

Por ese entonces, para suerte nuestra, una vez más Santa Marina Norte albergaba a una leyenda entre nuestras calles, me refiero al morenazo de Augusto Palacios, el trotamundos del futbol, que recientemente se había instalado por el chalet de la letra “U” con toda su familia. Pipi dudo de irlo a buscar, así después de darnos idea de cómo se lo plantearíamos nos atrevimos a tocar su puerta una tarde de buen sol, salió su sonriente dorada esposa y nos pidió esperar, las manos le sudaban a Pipi, se las frotaba copiosamente, Yo lo vacilaba de rato en rato imitando como hablan los morenos de “Vamos Pa Chincha, Familia”, nos reíamos y tratábamos de no sentirnos como los hinchas de tribuna, éramos los representante de un naciente club de barrio, pero con aspiraciones muy altas, muchachos al fin no sabíamos si se nos tomaría con seriedad, además estábamos por vernos con una gloria nacional. Tratábamos de darnos valor entre bromas.

Esa mañana Augusto llegaba de viaje creo recordar desde Chiclayo, el profesor era un personaje proyectado para su época, entrenador de clase extranjera, sus técnicas eran europeas por ese entonces difíciles de asimilar. Su disciplina única, pero de carácter, y sencillísimo. Cuando salió vimos al ídolo y casi le pedimos autógrafo, pero reaccionamos rápido y asumimos el rol que nos deparó el destino esa tarde frente al profe como dirigentes.

Hola -nos dijo rompiendo el hielo- en que les puedo servir con una sonrisa de esas que el brinda con mucha positividad, y nos apretó las manos, sintiéndonos importantes.

-Profesor, disculpe que lo molestemos, pero, sabe, nuestro barrio tiene un club que va a participar en el campeonato departamental para subir a la segunda, deseamos saber si nos puede apoyar-

El morenazo como decía Pipi, abrió los ojazos sonriente de oreja a oreja, pensamos que se pondría difícil, -Y porque creen que Yo soy bueno para esto… nos dijo-

No entendimos a donde iba pues entre sonriente y medio serio nos miraba fijamente moviendo sus manos, pero de inmediato dijo -Claro, cuenten conmigo, pero…- y ese “pero” nos congelo la circulación, pues jamás se nos había ocurrido pensar en ofrecerle una oferta de pago por sus servicios, y es en ese momento que casi telepáticamente se nos vino a la mente entre Pipi y Yo que nos lo pediría.

-Quiero ver a los muchachos que formare, pero eso sí, tendrán que seguirme el ritmo y es de mucha disciplina, y los directivos tendrán que poner todo su empeño así como pondré el mío- Y con esto después de las pautas que nos dio, nos retiramos contentos, alegres, felices, ya teníamos un entrenador y de categoría internacional, y cuando se lo dijimos al “Pollo” Mario Suarez, nuestro Presidente, no lo podía creer. Y así comenzó la gente del barrio a pasarse la voz, que el club tenia a Augusto Palacios como técnico del club Tigres, bola que corrió por todo el Callao más luego. Teníamos club, teníamos entrenador, teníamos directivos, teníamos ganas, solo nos faltaban los jugadores, los uniformes, y lo más importante: Capital.

Por ese entonces se me encargo dos responsabilidades, la de secretario administrativo y la de secretario general. Tenía por ese entonces, algo de veinticinco años, trabajaba en la agencia del imperio de los Reyes Gutiérrez como asesor del Presidente del directorio, don Jorge Reyes gutierrez, a la vez era el administrador general de las doce empresas de este tío. Así que había que hacer caja chica para el club, molestar conocidos y presionar a los primeros socios de meterse las manos al bolsillo. Y así todos los directivos con el ceño fruncido comenzaron a sentir el peso inicial del arranque de este proyecto con sus primeras cuotas obligatorias de aportes si retorno. Para esto, el profesor Augusto había dado sus condiciones profesionales estrictas a cumplir: el equipo tenía que estar debidamente equipado, con camiseta de entrenamiento y otra para los partidos oficiales, chalecos de suplentes, pelotas, movilidad para trasladar a los muchachos, alquiler de campo deportivo para entrenamiento entre semana, personal auxiliar, medicinas, etc. Etc. Etc. A lo cual, Pipi y yo nos comprometimos y luego endosamos la carga en toda la dirigencia. Y comenzamos a correr las listas de adherentes como socios al club, íbamos de banca en banca y de casa en casa con nuestras fichas para integrar socios.

Para comprar el primer juego de uniformes de manufactura nacional, tuvimos que tocar puerta a puerta solicitando la colaboración de los vecinos, pues los fondos reunidos no alcanzaban para chimpunes entre otras cosas, recolectamos papel periódico que luego vendíamos a los carniceros y pescadores en del mercado, hay que recordar que en esos tiempos todo se despachaba envuelto en papeles, las bolsas aun no existían y no nos moríamos, jajjaja. También hicimos rifas pequeñas que a dios gracias todos nos compraban. Así fue como logramos vestir a nuestro primer gran equipo con nuestros colores amarillo y negro, en los polos tenían un negra franja ancha cruzando el pecho, cuello negro en cero y tres franjas negras descendían hasta la manga en borde negro, en el pecho el escudo del club a dos colores partidos de amarillo y negro y los short negros con tres líneas laterales en amarillo, cerraban con la medias negras y sus tres bandas amarillas a la rodilla, todos los chimpunes eran iguales y clásicos, no existían aun diseños tan especiales como los de hoy. Augusto siempre en buzo azul los empezó a entrenar en el barrio, luego iniciaría las prácticas en canchas alquiladas.

El campeonato se logro con una veloz carrera de valla invicta y subimos a la segunda división en impecable trayectoria, la barra igualmente comenzó a crecer y acumular hasta simpatizantes. Los primeros barristas no superaban más de quince personas entre ellos el hincha numero uno era nuestro inolvidable amigo “La Burrita” Mere. Teníamos un equipazo de infantes que en la cancha se crecían ante jugadores que ya tenían varios años de edad encima así como campeonatos tras campeonatos en la misma categoría, los nuestros además tenían una personalidad distinguida en su juego, erguidos cuales Sires ingleses, desplazamientos rítmicos acordes no se les veía arrabaleros, conducta impecable traída de casa, estos y otras características ocasionaban envidia y ese rechazo social de la gente que no les gusta ver rubiecitos blanquitos o educaditos cerca. Pero así y todo los niños tigres dieron cátedra de cómo se hacía deporte sano. Recuerdo que los muchachos se quejaban que les mentaban la madre en pleno partido, o pinchaban con alfileres para bajarlos, y otras maleadas artimañas de los jugadores sucios del equipo contrincante, todo para el desánimo o provocar alguna reacción que motive expulsión. Las instrucciones eran claras, “No caigan en su juego sucio”, decía Augusto. Ese primer campeonato se vino desde el estadio cantando, saltando, gritando por todas las calles “¿Santa Marina Campeón!”

Luego después del primer campeonato llegarían desde Alemania las que donara la familia Jorge Casapía: amarillo dorado con tapizado bajorrelieve igualmente dorado, y líneas finas negras, nuestros colores definitivos.

Los campeonatos los lográbamos invictos, en todo el Callao no se hablaba de otro club, jugadores de otros barrios deseaban jugar en nuestras filas, éramos algo así como el Barcelona del Callao, el Real Madrid de los galácticos, pero igualmente, como es habitual en todo país como el nuestro, la envidia de otros barrios nos jugaba malas pasadas, pero poco a poco los estadios los llenábamos y éramos el equipo que daba la taquilla, no había partido donde no se nos reclamara nuestra dorada presencia.

Llegar al barrio celebrando y gritando a todo pulmón nuestros triunfos cada domingo o sábado con nuestras banderas de brillante seda ondulando al viento, provocaba en los vecinos asomarse a su balcón primero asustados por ver qué pasaba, luego aplaudiendo y sumándose a los vivas. Cabe afirmar categóricamente que nuestra primera bandera de tribuna fue creada por “La Burrita” Mere, y creo no equivocarme que es la primera en la historia de grandes banderas frente al mismo Sport Boys Asociation y el Chalaco que no tenían.

Augusto Palacios fue el principal artífice de las glorias que se lograron con este equipos de niños, si, así es, niños que se enfrentaban a viejos de treinta y hasta de más de cuarenta años de edad en las canchas ya que el más viejo de nuestros integrantes tenia veinte años (Astopilco nuestro magnifico arquero que jamás conoció un gol) y el más joven de dieciséis que era el cabezón Kike Silva, pero todos estaban entre esas edades. Augusto batallo para ordenarlos a su técnica, y juventud que le fue ventajoso para pulirlos a un ritmo que desconocíamos, les exigía estar en movimiento todo el tiempo en la cancha estar a doble ritmo, obligar al contrincante a seguirlos en su doble paso por su área, de este modo se les veía a los muchachos en todo los noventa minutos en círculos y cambios de área entre defensas y delanteros, con contraataques veloces en que se ponía a prueba el juego total practicado en la semana, los contrincantes terminaban cansados siempre en el primer tiempo, lo demás era cosa nuestra, los muchachos se lucían desplegando todo su potencial goleador. Era un espectáculo, y Augusto se divertía, era feliz de ver que su técnica desconocida e incomprendida por el resto de los técnicos peruanos daba resultados de calidad total en un club que lo amo desde el primer momento. Augusto nos trajo antes de que nos enteráramos, las técnicas desarrolladas por los países bajos de Europa, vale decir nos convirtió en La Naranja Mecánica del Callao. Y ese era el juego, se hacia el futbol total, por ello los campeonatos los logramos impecables e invictos.

Esto campeonatos como valor agregado nos permitió salir adelante incluso en lograr se nos acercaran empresas que nos patrocinaron oportunamente, recuerdo que fuimos el único club deportivo amateur con cuenta en el banco que gestione en el desaparecido Banco de Comercio que nos entregaba lo depositado en cheques con valor de gerencia de diversas denominaciones.

Para el campeonato de la segunda categoría se organizo el primer festival pro fondos con rifas, parrilladas, tómbolas, bingo, o sea una Kermese de las que ya no se ven hoy, la participación de la comunidad fue masiva, todo Santa Marina y otros barrios llegaron a apoyar, con ello recaudamos parte de lo que nos permitiría seguir en campaña hacia otro título más. Y que igualmente lograríamos con trayectoria arrolladora.

En la Segunda ya nuestros polos mejoraron en calidad, con ligeras variaciones del diseño original, los polos abundaron en presentarse sin la franja negra en el pecho, ni las líneas del hombro tampoco fueron, solo el cuello era negro, los short totalmente en negro y las medias totalmente amarillas. Para esta oportunidad la tribuna nos quedaba chica para la gran cantidad de hinchas que ya acumulábamos, así mismo la banderola de la Burrita Mere creció, y la barra ya se había implementado de artículos de ánimo como matracas, pitos, bombo, y ya se preocupaban de darle más color a cada presencia del club al entrar en la cancha con papeles picados, aunque parezca broma la anécdota pero muchos de nosotros nos quedamos sin guías de teléfono para dárselos a la barra que se le encargo dirigiera la Burrita Mere, gran amigo de infancia de los que ya no hay. Hasta lloraba de alegría.

Augusto dio cátedra inolvidable en los muchachos, les abrió el panorama de no solo dominar el balón, si no de dominar el terreno, ver todo el panorama como un todo integrado a un ritmo constante, no existió durante la batuta del Maestro un solo jugador estático, todo se movía algunas veces sobre sitio y repentinamente todos se lanzaban hacia adelante hacia el gol seguro a su solo grito: ¡Ataquen Tigres!... Y salían como felinos desde el fondo.

Y disparados como felinos tras la presa salían los mellizos Delgado, que increíblemente jugaban sin verse, telepáticamente, uno primero corría hacia el arco sin mirar atrás mientras que (Sir) Alexis Suarez back centro le daba pase al otro mellizo Delgado para despistar, este a su vez en primera la pateaba sin ver adelante hacia su hermano que la pescaba increíblemente por sobre su cabeza pasar hacia delante justo a su pie y de allí hasta el fondo de la red. Imparables tigres de Augusto Palacios.

Ahora que se inicia el mundial de Sudáfrica 2010, solo cabe en mi cabeza un equipo que colmara toda mi atención, y es la selección del maestro de maestros Augusto Palacios, este será su mundial, y por ende de todos los que trabajamos con él en tiempos de los tigres de “Santa Marina Norte”, solo por este motivo me atrae más el partido aparte que nuestro extrañado amigo de canchas chalacas se dará en la pugna por lo que todos estoy seguro deseamos… campeonar con Augusto en este mundial.

Los tigres de Santa Marina Norte...¡Estamos en Sudáfrica 2010!.

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