miércoles, 11 de junio de 2008

Huayna Pichu-Solo para Chasquis


Mirar las imágenes resultantes de la experiencia en realidad no dan suficiente mensaje si no se está el medio ambiente, los aromas, el viento, el esfuerzo, el sudor, resbalones, cansancio, calambres y otras sensaciones, emociones y más elementos que te digan...esto te va a pasar si te animas a subirlo...

Para ser más aproximado a la realidad que deseo contar, todo empezó en estos días a resultas de una conversación sobre el Cuzco, sus zonas arqueológicas y obviamente Machu Pichu (hoy cuarta maravilla del mundo ajeno). Al parecer hasta allí se llega en toda conversación de los que regresan de turistear este lugar, por ello me surgió una interrogante: Nadie dice nada de la experiencia del subir el Huayna Pichu, pico elevado que esta al costado de la ciudadela, enigmático, impresionante y si la ciencia y curiosos se maravillan preguntándose de cómo es que construyeron con esas tremendas rocas a Machu Pichu, pues, más deberían sorprendernos de ver las construcciones en el "Cerro Joven" (así lo llaman en castellano al Huayna Pichu).

Paso a describir esta aventura de conquistarlo, sin antes recomendar la hagan después de preparar sus piernas haciendo ranitas por meses.

Primer consejo: estando en la ciudadela recorrerla libremente y disfrutarla sin guía, ya que esa información la podemos conseguir en previas o posteriores lecturas, (no digo más). Así que con este inicio, recorrí en tiempo record toda la ciudadela varias veces, en toda su extensa área, el soroche o mal de altura que se manifiesta a los que no se han adaptado previamente días antes, y que son los latidos dolorosos de la sangre aglutinada en el cerebro por la falta de oxigeno, y la dificultad para respirar... todo ello se supera acondicionándose días previos. Mientras que se ven a pobres primerizos turistas que gastan sus dólares en pagar un guiado y perdiendo el tiempo en cada esquina.

Habíamos llegado a Machu Pichu a eso de las 10 de la mañana, entre el desorden de las descoordinaciones del operador de turismo, esto nos obligo a tomar las de "Vía diego", caminando por donde se nos antojara, ya bordeando las 12 del medio día estábamos reposando cerca del Intihuatana (Reloj Solar Inca) conversando y admirando todo el panorama, cuando de pronto las miradas coincidieron apuntando la cima del Huayna Pichu, tan empinado y vertical que nos motivo a preguntar si se podía trepar.

¡¡¡...CLARO PAPAY...!!! Me dijo un paisano cusqueño que ofrecía sus servicios de cargar las mochilas, la de todos juntos, por veinte dólares, metiéndolas en una red que luego enrollaba, levantaba sobre su espalda y asegurada a la frente con un lazo de nylon, se las levantaba con facilidad hasta destino.

El Papay, nos oriento como lograr enrumbar y coronar la cumbre, a pie... no necesitamos más elementos de alpinismo o de escalado en roca...solo CAMINAR y una tremenda fuerza de voluntad para no tirar la toalla y regresar derrotado. En esos momentos, era primerizo en llegar a Machu Pichu, todos los otros ya tenían varias visitas al lugar, pero lo interesante fue que al preguntarles si habían trepado hasta arriba... al cielo... todos dijeron que....¡¡¡ NOooo...!!!! ...Lo cual, sin mediar más palabras inicie mis primeros pasos dejándolos atrás. El camino empedrado por partes, otras de terreno asentado por las bestias de cargas que de seguro los incas emplearon por siglos, es inicialmente en descenso, Siiiií, se empieza a bajar la montaña donde esta Machu Pichu algo de quinientos metros en un zigzagueo dificultoso para pies delicados y débiles, en el camino dejaba atrás a muchos que se resbalaban y torcían los tobillos abandonando la caminata. Luego de llegar a una pequeñísima quebrada se llega a una cuchilla delgada que une ambos cerros, una cuchilla digo, porque es tan delgado el camino que por un lado se tiene el paisaje con el río Urubamba al fondo a unos 2,500 msnm y al otro lado en caída libre el resto de la cordillera y más precipicios. Luego de ello se inicia un empinado ascenso que se va estrechando cada vez más y más, hasta que nos recibe las faldas del Huayna Pichu con sus escalinatas impresionantemente diminutas, donde un pie de talla 35 entra cómodamente, en mi caso de calzado 39 a 40 comprenderán que tenía que subir poniendo los pies de costado y en algunos casos solo la punta del pie lograba colocar entre escalón y escalón de altura irregular igualmente, a esto añado que la escalinata es tan empinada por el mismo ancho tan corto de los escalones menores en varios casos a diez centímetros de piso que prácticamente tenía que gatear parado hacia arriba.

Este ritual, este sacrificio, este imperceptible ascenso en estas letras, dura algo de dos horas en perfectas condiciones, muchos se regresan antes de tener menos del cuarto de ruta, por diversos factores, uno de ellos es que es tan incómoda la postura de los pies más el esfuerzo de subir el siguiente escalón, que los muslos se agarrotan, se acalambran, se sube casi de costado todo el tiempo y de rato en rato se tiene que cambiar de ritmo y de postura y de posición para aliviar el sobreesfuerzo en una sola pierna, pantorrilla, glúteo, muslo, en fin... alguno de ellos se comienza a resentir primero. A esto añadamos que el viento frío hace su parte sobre un sudor helado. En parte del farallon han incrustado unos pernos a través de los cuales hay una soga bastante gruesa que por tramos permite irse sujetando y pegando el cuerpo a la montaña.

Estos escalones tan estrechos nos dan otro espectáculo, están pegados al farallón vertical del Huayna Pichu por un lado y al terminar su lado izquierdo, el escalón nos entrega alegremente al vacio, Siiiií....¡¡¡¡ un precipicio tan pegado al cuerpo que si te tropiezas ya no la cuentas más. De mi parte, al ser mi primera experiencia, subí con equipos fotográficos y de video, obligadamente y adictivamente el panorama me obligaba a realizar tomas de tomas, filmada de filmadas, a riesgo de perder el equilibrio en alguna de las posturas difíciles que se me presentaban, lógicamente que el peso de las dos cámaras fotográficas, el trípode, la filmadora, los rollos de película, la lonchera y el sencillo en monedas que llevaban me hicieron pensar en desistir más de una vez. En el camino se ve de todo, gente roja como el camarón por el esfuerzo, otras en orgásmico vomito panorámico al vacío, desmayos que obligan a toda la cola de arriesgados a esperar se levante o a que se pase por encima cometiendo otra imprudencia más de poder caer, y lo mas graciosos es que si te has avanzado más de la mitad del ascenso, el regresarte es mucho más difícil y riesgoso, y entorpecedor de todos los que vienen subiendo. Confieso que mi ascenso no fue nada facil, me detube muchas veces a tomar descanso por el insoportable agarrotado de muslos, gemelos, etc. además que el ahogo por falta de aire acompañado del "Tum, Tum, TUM, tUm, tuMMM...!!! de las venas en el cerebro que no paran de presionar, recuerdo que en cada parada pensaba regresarme, pero miraba arriba y me decía: "Es peor regresar y no contar nada...". Así que seguí de a pocos, pasito a pasito, y a esa velocidad infinitamente lenta que agranda las distancia, subía rogando no me pase nada, pues hasta el corazón reclama como loco el esfuerzo y el orgullo propio otro.

Resumiendo, llegar a la cima es dominar todo en un circulo de 360º a la redonda sobre nuestros talones, el Machu Pichu queda insignificante de pequeño a lo lejos y abajo, y surgen esas preguntas ya conociendo las mayores dificultades del ascenso, del ¿Como hicieron para subir estas piedritas por camino tan tortuosamente liliputiense?
Es evidente la reciedumbre de los andinos que se esforzaron por construir aquí arriba, torres y más edificaciones de piedra y roca.
Obviamente que llegar aquí arriba te infla el ego en todos los órdenes, conociendo la innumerable cantidad de personas que se quedaron en el camino y jamás regresaran a intentarlo, sobre todo que si subirlo fue tan duro, tan difícil… el descenso lo es mucho más, pues ahora toca bajar más de mil metros en una postura casi sentado, casi en cuclillas todo el camino, que se hace más resbaloso, si no… te caes, como ya varios lo han sufrido. Aqui pongo un enlace de diapositivas que en mejor tamaño las puedes ver en mi  fotográfico:
           

1 comentario:

druida70 dijo...

Si subir esta montaña es todo un reto, yo lo hice en mi segundo dia de estar en el Cusco y fue una experiencia inolvidable, la recomiendo a todos los aventureros y valientes que no se dejan vencer.
Muy buena tu descripcion del ascenso.