jueves, 20 de marzo de 2008

Vía Crucis Moderno

Hoy asistí a uno de estos actos clásicos del folclore peruano que ya para las épocas que vivimos es anacrónico y obsoleto. Más sobre todo por la mediocridad de la plana docente que la organiza y por sobre todas las cosas por la ausencia de un representante auténtico de cielo.

El alumnado infante es torturado a resistir el sol como si fuera manera de acercarse a lo que el Mesías soporto, si tomamos en cuenta que en aquellas épocas la capa de ozono existía aun, tema que no fue tomado en consideración por los incalificados profesores liderados por una dueña del colegio que estancada en el tiempo funge de directora y se ahorro de gastar en hidratantes para el alumnado al final de mas de dos horas de insolación radial olvidándose que el 22 de marzo es el día mundial del agua.




Los alumnos huyen del empuje brutal de la directora que los obliga a ponerse al sol, mientras ella permanece a la sombra de algún árbol con los profesores que a su vez estos se esmeran en difundir indirectas a las personas que están en la sombra refrescante de las ramas de los árboles, o palabras que tratan de emular algún halito de coeficiente intelectual elevado del cual carecen cayendo en la mediocridad de lumpen. Y por supuesto el mutismo de unos padres sin autoridad temerosos a la represalia, permiten este maltrato que con su silencio aumentan la pobreza de este país, reservándose a los comentarios de oreja a oreja de condena y odio contra estos pobres representantes de cualquier incultura del salvajismo contemporáneo.

Con todo esto podemos deducir el gran desfase que existe entre la generación actual que tiene más gigas píxeles de capacidad y terahertz de velocidad comparados con los educadores que no comprenden más allá de la carcasa de una Pc Pentium "O" y menos de una religiosidad Macintosh, de comunicación efectiva de masas, de niños "Azafrán", de disléxicos o mentes que entienden hasta del esoterismo del maestro de los maestros "Jesús" que sabe de perreo, reggaeton y otros sexos. Hoy los jóvenes saben de rebelarse sin faltar el respeto, de imponer su criterio a diferencia de las ancianas generaciones que dictan clases aun al puro estilo de la década de los sesenta...flagelándo.



Es seguro que muchos terminaron con dolores de cabeza, irritación dérmica, ardores a los pies y todos esos males modernos producto de la radiación directa y sin piedad. A esto debemos añadir que de seguro muchos se medicaran para mitigar los males aumentando los daños internos al cuerpo...Amén.




Nota: Ver también en este enlace "Reino de Domingo"

Y no sería bueno escuchar este video del recuerdo que encontre después de buscarlo por más de treinta años: "I hear you now" (Ahora le oigo) todo un milagro como para aprenderla..."Amo la vida, sobre todo protejo la ajena"...bendiciones a los alumnos del colegio partícular María Mazzarello de Pueblo Libre que sufrieron este sadísmo seudo-pedagógico...a ellos dedico esta redacción.



1 comentario:

Unknown dijo...

Sin palabras ante la monstruosa tortura a la que fueron sometidos esos pobres adolescentes. Y he aqui otra vez la gran diferencia entre tu mundo y el mío,¡increíble!.

En España la mayor parte de mi generación y las venideras han perdido la fé; a consecuencia de intentar imponerla a toda costa y de quedarse anclada en el pasado. Si vas a misa un domingo todo el sermón del párroco de turno se centra en tocar los problemas y poner ejemplos que conciernen a la 3ra edad, que como ven cerca
la muerte intentan aplacar el miedo y conseguir la vida eterna roncando en la misa de 13h con la esperanza de que se les perdonen los pecados.

Por eso y porque no han sabido captar, ni evolucionar con nosotros los jóvenes, las iglesias españolas y los seminarios o conventos se ven casi desiertos. Eso sí, en Semana Santa o días señalados como el Corpus Cristi o el día de la comunión, esos jóvenes renegados acuden con el rabo entre las piernas y, como si en ello les fuera la vida, para participar en los actos de llevar el paso de Semana Santa o de recibir los regalos de la primera comunión etc.

Por eso, sería una locura ver en mi tierra una situación como la que expones, para mí es más normal ver un contenedor quemado fruto del terrorismo callejero que asola mi amado País Vasco que ver a un colegio entero en procesión religiosa.