Este verano el Balneario de Pimentel así como todo
el norte está invadido de plagas.
Zancudos voraces como vampiros, mosquitos diminutos
que se prenden de las pestañas tan incisivos que ningún bloqueador los aleja,
nubes de moscas y otros males como el mal olor de las aguas acumuladas de la
lluvia mezcladas con aguas servidas, que logran nauseabundos olores al paso, y
estas mismas aguas llegan al mar, llenándolo de espumas cremosas marrones e
infecciosas.
Es un verano de mar muy movido, de cuidado, de
bandera roja.
Todo esto que ha traído el fenómeno del niño con un
calor asfixiante, no le quita la belleza a sus atardeceres, que nos reposa de
todos los males, y da esa esperanza de vida del renacer de la naturaleza.
Así que a reflotar las barcazas destruidas y hacerse
a la mar...!!!
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