Y nos quedamos sin Dios en la tierra, se fue Sir Oscar Avilés
(Óscar Guillermo Avilés Arcos)
que nació en la Provincia Constitucional del Callao en Perú, para muchos ya
reconocido como el lugar donde nacen y yacen los dioses.
Nació un 24 de marzo para llenar de luz al mundo con sus
composiciones, canto, música y personalidad netamente criolla. Un auténtico
chalaco de pura cepa.
Por ello su último adiós fue exigido hasta el tuétano por
sus propios naturales que decomisaron el féretro a los familiares, arrancándolo
con respeto del vehículo mortuorio que no le daba vida.
Lo hicieron caminar unas cuadras como correspondía, entrar en la gloria, donde están los guapos chalacos que pelearon por el país y su
independencia. Oscar nos la dio con su canto y guitarra.
Hombres, niños y mujeres toqueteaban el cajón musical que
transportaba su cuerpo santo con persignaciones saludables, un dios entre los
mortales se retiraba a descanso tranquilo de dejar la mejor lección de vida que
ahora todos debemos prolongar y no olvidar. Una huella envidiable de valor
mundial. que no fue acompañado por ausentes criolleros, todos brillaron pero por su ausencia.
Este tipo de textos no deben ser largos, los dioses son
indescriptibles por su poderoso mensaje de paz, humildad, sinceridad y
sencillez.
Y se fue así como vino, dándonos vida se marchó limpiando
la cara del Perú que estaba manchada por fecha tan fastuosa de un 5 de abril
negro, Sir Oscar, realizo así su última composición imperceptible en favor de
su patria.
Quien tenga ojos y oídos, que así sea...♫
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