Intento de reivindicación militar en los 70
Eran tiempos de escolar en rígido uniforme comando luego vendría el uniforme único a nivel nacional.
Eran tiempos de escolar en rígido uniforme comando luego vendría el uniforme único a nivel nacional.
La década de
los 70 estuvo fuertemente marcada por las constantes tensiones con Perú, al
punto que a los ciudadanos de Arica se les instruyó prepararse para una
eventual invasión. Pero todo empezó un poco antes, en 1968, con el golpe de
Estado del jefe del Ejército peruano, Juan Velasco Alvarado, al Presidente
electo Fernando Belaúnde Terry. El general Velasco era de la idea de que Perú
debía vengar la afrenta chilena en la Guerra del Pacífico, lo que pasaba por
recuperar los territorios peruanos perdidos en esa guerra.
A principios
de los 70, Perú había empezado una carrera armamentista consistente en comprar
equipamiento, además de recibir instrucción soviética. Aun así, la relación
entre el general Velasco y el en ese entonces Presidente Allende (el primer
mandatario chileno en visitar Lima oficialmente después de la Guerra del
Pacífico) era buena: ambos tenían sentimientos antiestadounidenses y ambos eran
procastristas. Esto hizo que una posible avanzada peruana se retrasara. Además,
sectores de izquierda peruanos preferían ver a un gobierno de Allende
consolidado en lugar de la recuperación del Morro de Arica.
Aun así, en
Arica ya se preparaban para una posible invasión. En enero de 1973, el
recientemente fallecido ex director de la CNI Odlanier Mena fue puesto al mando
del Regimiento Rancagua, en Arica. Antes de partir, se le dijo que tenía que
defender la ciudad “a cualquier costo”. Por esos meses, la inteligencia chilena
había registrado varios movimientos de tropas en los alrededores de Tacna. No sólo
los militares estaban preparados. La ciudad entera: hospitales, radio
operadores, reservistas. Todo estaba organizado para un eventual esfuerzo
bélico.
Luego del
Golpe de septiembre de 1973 y con Augusto Pinochet ya como cabeza de la Junta
Militar, la estrategia de éste fue limar asperezas con Bolivia y así evitar un
pacto de ese país con Perú. Un posible ataque peruano se hacía más inminente,
ya que ahora no había complicidad ideológica entre gobiernos. Que se sumara
Bolivia era un peligro adicional.
Las Fuerzas
Armadas chilenas sabían que una guerra con Perú podía significar una derrota.
El régimen de Velasco había potenciado su ejército en todos los frentes,
mientras que los chilenos tenían un déficit estructural que se arrastraba de
décadas. Comprar equipamiento en medio de la crisis económica post Golpe se
hacía complicado. Por eso, uno de los recursos ocupados por la Junta Militar
fue la diplomacia militar.
El 8 de
noviembre de 1974, tras una iniciativa chilena, se realizó en la frontera de Chile
y Perú el Abrazo de la Concordia. Ahí, los mandamases de los regimientos de
Arica y Tacna, Odlanier Mena y Artemio García, protagonizaron una ceremonia que
prometía paz e integración entre ambos países.
En paralelo,
Pinochet trataba de controlar el flanco boliviano. Y algo tenía avanzado. El
régimen del general Hugo Banzer sentía más simpatía ideológica por el proceso
chileno, que por el proceso revolucionario peruano. El 8 de febrero de 1975,
ambos generales se encontraban en la estación de trenes de Charaña, Bolivia,
para restablecer relaciones diplomáticas (rotas en 1962) y sellar un acuerdo de
salida al mar, que consistía en un corredor cercano a la frontera de Chile y
Perú. Según el Tratado de Lima de 1929, el acuerdo tenía que ser aprobado por el
Estado peruano. Lima se opuso y planteó como alternativa una zona de soberanía
compartida entre los tres países, lo que no fue aceptado por Bolivia.
Mientras
tanto, el gobierno del general Velasco se seguía preparando para una guerra.
Incluso, había “Día D”: el 6 de agosto de 1975 (día de mi cumpleaños).
Y todo esto me vino a colación con lo acontecido por la Corte de la Haya en su gran lío de los tercermundistas que dicen ser hermanos pero no comparten ni se compensan y por años andan de litigio en litigio y de ambición en invasión de los recursos ajenos en manos de un poco mas de cinco familias que nunca irán a la guerra. Recorde mis clases en aulas sanmarquinas sobre la relación de indeterminación de Heisenberg o "Principio de incertidumbre" y que es lo que han aplicado para llegar a esta sentencia en cuanto el los limites reclamados y que por parte de los peruchos politiqueros le están llamando "Salomónicas" cuando en realidad se basan en la óptica del negocio menos dañado. En fin, cosas del Orínoco, tu no conocerás, yo tampoco.
Pongo este post a manera de biblioteca de razón del momento histórico que con la corte de La Haya se a marcado entre estos dos países irreconciliables por ser de naturalezas diferentes, mientras que los peruanos son muy sentimentales y pierden por política sus destinos, los chilenos son determinantes en carácter y de mala política negociadora.
Y debería hacer una relación de la cantidad de veces que en la historia este día 6 de agosto es clave en el mundo
.
.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario