miércoles, 24 de julio de 2013

Yo Pedro

A pesar de la elitista Feria Internacional del Libro y sus conflictos de intelectuales caviares y uno que otro escribidor pestífero, tuve en agenda desde un mes antes llegar temprano a la presentación del libro de Pedro Martín José María Suárez-Vértiz Alva (Pedrito), músico, cantante, compositor y productor peruano de los que aparecen cada mil años.

Y lo digo no solo por sus composiciones, por su canto o su libro, si no porque en realidad es una luminaria entre este montón de estiércol televisivo o radial que nos lanzan todos los días.

Llegue a las 6.30 p.m. con mi hijo Jossué de 11 años, que también canta sus propias composiciones, lo puse en la cola, éramos el número 11 en ese reducido espacio y volé a comprar el libro a la editorial El Planeta que esta a casi la entrada del recinto ferial, había una tremenda colaza de compradores frente a caja con su libro de Pedrito entre otras compras, para sorpresa eran jóvenes la gran mayoría. Una vez me entregaron el mío gastándome los últimos veinte soles que me quedaban para el resto del mes, regrese corriendo a buscar a mi hijo quien lo halle sentado en la última fila, no se puso adelante porque pensó rápidamente que muy cerca sería peor de lo que ya se veía. Sentadito tranquilo observando a los mayores me dijo: “Estos no tienen cultura” (Jossué es Indigo como yo y casi toda mi parentela).
Media hora antes de la indicada para el inicio del acto central, ya el auditorio rebasaba de gente, y como siempre a última hora atropellando entre la masa los periodistas con sus cámaras exigían privilegios entre la frustrada multitud que se quedo fuera por tardones. El reclamo de los fans que exigían iguales privilegios ya se estaban extremando hacia las irrespetuosas conductas del empujón y jaloneo, las palabrotas aun no emergían.

Mi hijo me miraba tan pasivo, diciéndome: “Papa, si los organizadores sabían que venía una estrella porque no agrandaron este lugar, pobre gente la de afuera…”

Cierto, además de eso, vi solo dos policías que nada podían hacer pues su estatura los hacía parecer uno más de la multitud además que habían sido desplazados hacia la salida por la misma presión de la masa al borde del salvajismo y los gorilas contratados pusieron sus mallas de fierro que poco podían hacer. Botaron algunos paneles de drywall que colocan siempre como divisiones entre stand, auditorios y otros y ya casi se metía el mar humano y nos cancelaban la gran noche. Menos mal no paso a mayores, pero si el evento se redujo al mínimo tiempo.

Ser hincha o fans en este país es sinónimo de irracionalidad, no hay esa actitud u opción de imitar a su estrella, mostrar ser lo más próximo a su forma de vida y que para este caso de Pedrito Suárez-Vértiz, es la de un ser humano educado, consecuente, pacifico, tolerante, comprensivo, preocupado, y muy culto así el lo niegue. Sus fans “NO”.

Y este fenómeno imprudente solo se ve en este país, pues en otros se ha evolucionado a “Levels” superiores, como diría la juventud índigo. Se muestran más educados incluso los periodistas.

Una y otra vez escuche a Beto Ortiz decir que “No dará entrevistas”, sin embargo allí estaban presionando por una in humana exclusiva, y seguro preguntarle: “”Te duele”, como escucho tantas veces en los reportajes de otros temas.

¿Acaso nunca se han sentido delicados de salud?

¿Qué pides tu cuando estas delicado?

Acaso no deseas nadie te moleste, quieres reposar, dormir mucho tal vez, estar solo (a), hacer cosas de absoluta soledad… PORQUE TODO ESO CURA.

Bueno, solo quería reflexionar un poco sobre este día, soy pesimista en que de algo sirva en este país que con quinientos años de putrefacción y sigue casi con cáncer terminal al ver a los políticos que desarrolla.
Recomiendo a la juventud leer el libro, sus ciento cincuenticuatro páginas solo toman el tiempo de lectura de tres horas y media de manera pausada en un paraje verde con un rio al costado, sentado en una azotea lejos del trafico, no digo arriba de un árbol porque han talado los cientos que habían en mi barrio, pero un jardín lejano está bien.

El libro es como lo que se pide hoy, anecdotarios, cosas reales, la vida misma, la verdad, mágico porque llega al alma. Es el ritmo actual que los intelectualoides enternados que escriben tomos no comprenden, salvo exigirse premios y homenajes a sus egos por sus redacciones que jamás nadie leerá por ser tan incómodos y pesados para leer en una combi o micro.

Ahora les dejo el video de todo lo que se desarrollo a los que no pudieron ingresar y espero “EVOLUCIONEN” a un “level” superior de mas puntualidad, control y educación, como me dijo mi hijo de once años.

Fin de semana largo, me llevo el libro para volverlo a leer y de seguro compartirlo, porque cabe en la mochila.

No hay comentarios.: