miércoles, 10 de mayo de 2017

Tan cerca del cosmos

Entre al restaurant, apurado hice el caro pedido a la carta a pesar de ser un desempleado.

Demoraron como si revisaran la seguridad del local para recibir a un presidente. Iban y venían desesperados.

Yo taconeaba con la izquierda, pasaba a la derecha, mis piernas inquietas de desesperado por el tiempo. 

Me acordaba de ese momento lejano.

Finalmente llego el plato bendito, y al rato en breve, un personaje no apto para locales de esta categoría, me pedía le de las sobras.

Otra vez las correrías del personal del local, pero esta vez se concentraron en mi mesa, jaloneando al pobre ser hambriento, cuya única acción al distanciamiento, fue mirarme a los ojos de un modo tan universal, que senti a un ser superior en su interior.

Grite a todo lo profundo: ¡ALToooO…! ¡ ALTOOOooo!. Suspire.

Y lo senté a mi lado llenándome de un gozo extraño.

Ahora me sentía parte del cosmos.


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