¿Qué podemos ver, aprender y sentir en una casona antigua del 1606?
Si nos trasladamos en el tiempo, veremos que fue parte de la huerta de la encomendera Paula
Piraldo y Herrera, en ese entonces todo era vegetación, chacras, fundos y muchos animales alrededor. Luego vienen las primeras construcciones urbanas que van ocasionando las variaciones a la fisonomía de la floreciente capital de Lima.
Luego, la primera casa perteneció a Don Nuño de
Espínola y Villavicencio, General del Mar del Sur, emparentado con condes y
marqueses, quien la habitó hasta que en 1732 sus nuevas propietarias, las
hermanas Alzedo gravan la casa con el censo del Patronato de Legos Libre.
La segunda casa, luego de una
reedificación completa en 1773, la heredó el Dr. Don Luis Carrillo y Garzés, y
éste a su vez la transfirió a su sobrino José Baquíjano y Carrillo, Conde de
Vista Florida (1751-1818), uno de los más ilustres intelectuales de su época y
precursor de la Independencia del Perú. Fue también fundador del Mercurio Peruano
en 1791, presidente de la Sociedad Amantes del País, oidor de la Audiencia de
Lima (1807) y Consejero de Estado (1812). A su muerte nombró como heredero a su
sobrino Don Manuel Salazar y Baquíjano, III Conde de Vista Florida, vocal de la
Junta Gubernativa, quien concedió a San Martín el título de “Fundador de la
Libertad del Perú y su Generalísimo de mar y tierra”.
En 1854, la casa fue reconstruida por
tercera vez y la albergó la familia Ramírez de Arellano, de la Orden de
Calatrava, antiguos señores feudales de la Sierra de Cameros en España y
Capitán de la guardia de Alabarderos de los Virreyes, de gran influencia
comercial, quienes instalaron en Lima y como patrona de la Casa Belén a la
Virgen de la Valvanera que se encuentra hasta hoy en la Iglesia de San Agustín.
Fuente: Museo Andrés del Castillo.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario